Y ahora...
Sentía que no tenía derecho a sentir.
Que por su felicidad, la sombra de un sufrimiento paseaba al borde de su mirada.
Que equivocarse era irremediable, irrevocable...
Pero lo deseaba tanto.
Era un error que no se podia permitir.
Eso pensaba mientras caminaba, paso a paso, sangrando, sufriendo y disfrutando de cada uno de ellos.
Sus sentimientos van rumbo a su destino.
Sus acciones, detrás de ellos.
Que eso esté bien...es otra historia.
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